martes, enero 08, 2008

Laboratorio

Capitulo IX


- Orión, ¿estáis seguro que trabajáis aquí?- Elo aun no podía concebir que su compañero de aventuras viviera en ese chiquero.

- Lo siento, no estaba preparado para recibir visitas- Él estaba en el microscopio, analizando compuestos de Fitoterapia, a su derecha había un cultivo de plantas, expuestas a grandes cantidades de luz, tenían sistema de regadío feudal, y lucían muy enfermas. A su Izquierda, tenía muchos frascos con líquidos, musgos, y nutrientes, y tras él, se divisaba un gran mesón, con muchas plantas enclaustradas en un acuario, su tierra estaba de color gris, y sus hojas tenían manchones de color amarillo. Al final de la habitación se veían unas escaleras.

- Quise pasar a saludaros- le sonrió, aunque el no lo advirtió pues estaba observando seriamente en el artefacto- estaba pensando que, quizás necesitáis ayuda, escuché que vuestro aprendiz se fue a la facultad de ciencias, y por lo que veo…- Ella hablaba observando el lugar, estaba realmente desordenado, y sucio. No pudo quitarle la vista de encima a aquel mesón.

- Elo- dijo Orión sin moverse de su anterior postura-

- eh si si? – se dio cuenta que él estaba muy serio.

- No tienes ni debes ocuparte de mis responsabilidades-

- responsabilidades?- dijo muy atontada. Aun le sorprendía que Orión fuese tan serio.

- Eh?- Nuevamente su voz le había causado gracia, dejó de lado del microscopio y la miró, no pudo evitar sonreírle, cada vez que la veía, se le dibujaba una sonrisa en su rostro, no sabía como aquella muchacha podía convertirle en un soñador empedernido. Ni como le calmaba tan rápido, luego de cualquier presión.

- Vamos que decís?, prometo no molestar, yo amo las plantas, siempre les he cuidado-

- Lo dices enserio?-

- Sí, yo sé que necesitáis para que esas de ahí- señala el inventario ubicado a su derecha- se curen.-

- hablas enserio?- dice sorprendido.

- Claro, ¿Creéis que mentiría?-

- no, por supuesto que no, lo siento, es que llevo muchísimo tiempo trabajando en ellas, y aún no descubro la causa-

Elo avanzó hacia el cultivo, se recogió el cabello hacia un lado, se inclinó hasta quedar muy cerca. Orión se movió rápidamente y la empujó – Estás loca! Aún no descubro que virus tienen!, puedes enfermar-

Ella le miró un poco asustada, le sorprendió aquel reflejo tan intuitivo de su compañero, él le miraba sin entender, ella se perdía en sus ojos.

- Perdóname, fui muy bruto, te hice daño?-

Salió de sus ojos, le sonrió y llevó su mano hacia el rostro de Orión- No pasa nada, vuestras plantas están muy enfermas y yo os ayudaré a que sanen-

Orión no escuchó lo que ella dijo, su corazón estaba próximo a explotar, aquella caricia, le había dejado frió e inmóvil, se le había cortado la respiración y solo podía mirarle con todo el amor que su ser pudiera portar.

Cuando volvió a la realidad, Elo estaba conversándole muy despacio a aquellas plantas, estaba su boca muy cerca de las hojas, parecía como si estuviesen rumoreando entre sí, le pareció muy raro, ella estaba definitivamente hablando con su cultivo de plantas, prefirió permitir que lo hiciera tranquila, le observó desde su puesto un tanto entretenido.

- Orión- dijo ella muy decidida- ayudadme a sacarlas al intemperie-

- que dices?-

- ayudadme por favor, esto es- intenta tomar el vidrio con las plantas en su interior- muy pesado-

- Elo no debes hacer eso, esas plantas pueden contagiar a todo Edén, hazlo por el bienestar de todos, Elo no lo hagas!!-

La muchacha estaba levantando con todas sus fuerzas el inventario. No pudo permitírselo, y se lo arrebató.- Mira, yo sé que tienes buenas intensiones, pero soy un científico y debo respetar las leyes del gremio-

- Bien, entonces- Ella le arrebató una planta del inventario la mantuvo entre sus manos que dejaban escapar rasgos de tierra- yo me llevaré esta a mis aposentos y la curaré para vuestra excelencia-

- Elohim, no me escuchaste?-

Ella se marchó con la cría de planta en sus manos, y Él permanecía en la postura ridícula, sosteniendo el inventario, se dio cuenta que ella ya se había marchado, se sintió torpe y maleducado, dejó el inventario en su antiguo lugar, y volvió a trabajar.